El gran auge que experimentó la industria naval a finales del siglo XIX, acompañado de los progresos en el campo de las matemáticas, hizo que las antiguas fórmulas e instrumentos que empleaban los marineros quedaran obsoletos y fueran ensombrecidos por las nuevas técnicas y tecnologías. Habiéndose lanzado las potencias europeas al mar para retomar las colonizaciones y los descubrimientos científicos, la marina precisaba de mejores métodos para conseguir los objetivos que les marcaban los nuevos tiempos.
El Manual del navegante,compuesto por Antonio Terry y Rivas, capitán de fragata de la Armada, quien percibió "la necesidad que existe de una obra de esta índole para allanar las dificultades", se sitúa este contexto histórico.
Estructurada en once capítulos y un apéndice final de notas, el autor abarcó en este tratado las correcciones de variación del rumbo de la brújula, el uso de las cartas náuticas y el cronómetro, el conocimiento astronómico, el estudio de la determinación de la situación de un buque por medio de proyecciones sobre la carta esférica y las posibles soluciones a situaciones de tormentas y huracanes, entre otros temas. Terry y Rivas tomó "de la ciencia sus más íntimos secretos" para ponerla al servicio de la marina, logrando crear una obra de gran repercusión entre la marinería de su tiempo, siendo ésta declarada de texto para los exámenes de los pilotos por real orden en 1875.
INTRODUCCIÓN
Desde que inmensos capitales se invierten en la construcción de los buques modernos, de los cuales uno solo desarrolla mucha mas fuerza material que una numerosa escuadra de otros tiempos , manifestase una imperiosa exigencia de aplicar concienzudamente los elementos que contribuyan á su completa seguridad en la mar, poniendo en práctica cuantos medios sugiera la ciencia con sus últimos y mas perfectos adelantos. Ardua era la empresa de obtener esa seguridad cuando un cuerpo celeste ayudaba con su situación errónea á obtener la de la nave, sin cartas ni derroteros, ni mas ciencia que la mediana práctica del pi¬ loto en conocer algunos de los bajíos que encontró á su paso al sur¬ car las aguas de un mediterráneo navegando en general á la vista de sus costas. Difícil era también marcar en el Océano el rumbo conveniente , aun después de conocidas las tendencias del imán si aun permanecía en las tinieblas la declinación de la aguja que al variar según los lugares y los tiempos introducía el de'sórden en los cálculos, ó mas bien en las conjeturas de los pilotos, hasta que conocida la variacion y trazado el tosco dibujo de las cartas , contribuyeron estos datos en union del astrolabio á obtener un punto qui si bien erróneo prestaba alguna confianza á la navegación de aquel entonces, al verse brillantemente discutida su teoría en obras como el célebre Arte de navegar de Medina. Aumentan después los instrumentos de reñexión la exactitud en obtener las elevaciones de los astros sobre el horizonte, mejóranse las cartas y destierran al fin los cronómetros, los grandes errores cometi¬ dos en la estima, que causaran numerosos siniestros al recalar sobre las costas con grandes diferencias en longitud. El vapor mas recientemente, contribuyo á estrechar el circulo de los cálculos inexactos y un número infinito de bajeles llevando en si los elementos precisos pa¬ ra verificar sus derrotas, con una pasmosa seguridad atraviesan sin ce¬ sar los mares que bañan todo nuestro globo.
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INDICE
La obra está dividida en once capítulos. El I titulado Estima, trata de las correcciones de variación, perturbación y abatimiento que hay que aplicar al rumbo magnético para obtener el verdadero , sin tener en cuenta mas reglas que la de los signos. Al hablar de la corredera se ponen dos tablillas muy útiles : la primera que sirve para determinar el andar verdadero del buque cuando la corredera sea defectuosa y la segunda da las ostensiones que deberán tener las millas representadas por el cordel, cuando la ampolleta mida menos de treinta segundos. Se determina el punto de la nave habiendo ó no corrientes en el lugar en que se navega ; y por último se dan los modelos del diario de navegación tanto en buques de vela como de vapor y del extracto que hay que poner al finalizar cada una de las navegaciones que se hayan hecho. El capítulo II se ocupa de las Cartas y del modo de establecer en ellas el punto de la nave á la vista de las tierras, como así también unos métodos nuevos sumamente sencillos en los cuales no se emplean mas instrumentos que la corredera y la aguja de marcar y concluye con una tablilla de abreviaturas inglesas y francesas para aquellos navegantes , que no conociendo ambos idiomas se vean en la necesidad de hacer uso de las cartas de esas naciones. El capítulo III titulado ; — Efemérides — Problemas diversos — Conocimiento de las estrellas—Planetas, contiene el modo de como se han de hallar los valores de los elementos del almanaque náutico correspondientes á una hora cualquiera de San Fernando y del modo de convertir una clase de tiempos en otros. Se explica el método que debe seguirse para conocer y distinguir con facilidad las principales estrellas y la situación de los planetas en el cielo en un momento dado. El capitulo IV trata de los Instrumentos de reflexión y de las corecciones de las alturas de los astros. Se manifiesta el método mas sencillo que hay para poner los dos espejos perpendiculares al plano del instrumento y se enseña á determinar el punto desde donde debe Iv INTRODUCCION. contarse la graduación ó sea rectificar el instrumento. Se explica como se han de observar con dichos instrumentos las alturas de los astros y se dan reglas para obtener las alturas meridianas y las distancias lunares, como asi también para reducir las alturas observadas ú ver¬ daderas. El capítulo V se ocupa de la Determinación de la hora del páso de un astro por el meridiano , de la del vertical primario, de la de un lugar, de la del orto ú ocaso verdadero y aparente de un astro y de la determinacion de la altura de un astro ó recíproco del cálculo de la hora de un lugar y sor todos problemas de muy frecuente uso en lá práctica de la navegación. El capitulo VI que trata de los Cronómetros,, se manifiesta las pre¬ cauciones que hay que tener con ellos á bordo. Se determina de va¬ rios modos el estado absoluto y movimiento. Se dan laa-reglas para la resolución de algunos problemas que son de absoluta necesidad ba¬ ilar y que se usan con frecuencia sobre todo para la determinación de la latitud. Y por último se hace un detenido exámen de los medios que deben emplearse para estudiar el movimiento de los cronómetros de¬ terminando las causas que las alteran y el modo de corregir estas al¬ teraciones, asuntos todos de gran trascendencia para el progreso y se¬ guridad de la navegación. Los capitulos VII y VIII se refieren á las Latitudes y Longitudes; en ellos se determinan estos interesantes elementos de varios modos , á fin que el navegante empleándolos convenientemente nunca carezca de tener su situación en la mar. En el capitulo IX se trata con toda extension de la Variación y Per¬ turbación de la aguja, materias de la mayor importancia despues la ignorancia de ellas , podría comprometer frecuentemente la seguridad de la nave, mucho mas desde la introducción de los buques de hier¬ ro y blindados. El capitulo X que contiene la Determinación de la situación de un buque en la mar por medio de proyecciones sobre la carta esférica — Hallar el error de los cronómetros á la vista de las tierras —Navegación por círculo máximo — Mareas—Diferencia de meridianos: se dan las reglas para situarse á cualquiera hora del dia y de la noche observando la altura de un astro en dos posiciones distintas ó ya simultáneamente la de dos astros cuyos azirautes se aproximen á ser perpendiculares entre si. Se hacen también algunas aplicaciones de este método , las cuales son de mucha utilidad saber, con objeto que el marino pueda conocer siempre el punto de la nave. Se explica el modo de determinar el error del cronómetro, asunto del mayor In¬ teres, sobre todo para las recaladas despues de una larga navegación. Se enseña á trazar la derrota por circulo máximo , cuestión impor¬ tante para la brevedad de los viajes. Se maniíiesta el medio de obtener las horas de las mareas por ser de absoluta necesidad el conocimiento de ellas para las entradas y salidas de los puertos. Y últimamente se INTRODUCCIÓN. V dá una tablilla deia diferencia de meridianos de los principales observatorios para cuando el navegante tenga que situarse en cartas que no sean españolas, teniendo su cronómetro arreglado al meridiano de San Fernando. El capitulo XI trata de las Cartas de vientos y corrientes y Apun¬ tes acerca de los trabajos hidrográficos que pueden ejecutarse desde á bordo y en tierra- sin mas instrumentos que los de uso dia¬ rio : se da una idea general de los elementos con que se han construi¬ do y se describen las (üferentes séries en que están divididas. Se en¬ seña el modo de hallar , la configuración de una costa , la altura de las montañas con mucha exactitud , el plano de los puertos , las son¬ das y su reducción : él establecimiento de los puertos y la construc¬ ción de las cartas.
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Editorial: EXTRAMUROS FACSÍMILES 1885Idioma: Castellano