Perspectivas y herramientas analíticas
En la literatura sobre movimientos sociales, como en la de todas las ciencias sociales, existen dos tipos de estudios: los académicos y los de difusión. Movimientos sociales en el siglo XXI supone la ruptura de esa dicotomía y de casi todas las que pueden acorralar el trabajo intelectual en una categoría, una disciplina, una perspectiva, renunciando a las demás. En efecto, Geoffrey Pleyers hace aquí profesión de versatilidad en todos los planos de la investigación: su obra nace de una serie de artículos sobre temas particulares pero compone una mirada global; en ella se combinan lo específico de determinados movimientos y lo general de la acción colectiva, las teorías tradicionales y las nuevas, las viejas luchas y las más recientes, la diversidad entre movimientos y lo común, lo racional y lo espiritual, lo subjetivo y lo objetivo, el mundo virtual y la plaza pública, los éxitos y las frustraciones de los movimientos, las movilizaciones progresistas y las de extrema derecha, el optimismo del «otro mundo es posible» y la indignación.
Movimientos sociales en el siglo XXI es el resultado de diversas investigaciones realizadas por su autor sobre el altermundialismo y que ahora amplía y teoriza con claridad y profundidad en el presente libro. Geoffrey Pleyers, discípulo de Alain Touraine, consigue arrojar luz y comprensión sociológica a un nuevo contexto de movimientos y acciones ciudadanas que, a pesar delas resistencias, están teniendo un impacto en la sociedad, tanto en las instituciones como en las relaciones personales y con los grupos de referencia. Este libro analiza las transformaciones de los movimientos sociales en las dos últimas décadas desde conceptos sociológicamente clave como la individualización, la reflexividad, el consenso, la interacción o la acción subjetiva, tomando las aportaciones de algunos de los autores más relevantes como Beck, Chomsky, Elías, Habermas, Tilly, Touraine o Weber, entre otros. Por todo ello, constituye una interesante lectura tanto para lectores y lectoras más especializadas, como para personas que se inicien en el campo de la Sociología. Además, el libro finaliza con una entrevista al autor muy útil para quienes quieran dedicarse en un futuro a la investigación sociológica así cómo, interesante para comprender la función de un sociólogo/a. Pleyers plantea cómo los movimientos sociales progresistas conviven con los reaccionarios y, aunque, reivindica la propuesta deTouraine que considera a los movimientos sociales como los mayores protagonistas de la producción de la sociedad(Pleyers, 2019,p. 123), también plantea ampliar y matizar su definición para poder distinguir entre movimientos sociales progresistas, conservadores y reaccionarios (pp. 98-108). Así, en la última parte del libro se incluye una discusión de gran interés sobre las relaciones entre actores reaccionarios y progresistas que permite al lector/a una profunda reflexión y cuestionamiento sobre las resistencias hacia sociedades más justas y más democráticas.De hecho, el tema de fondo de esta obra es la resignificación de la democracia en una época caracterizada por desafíos globales que afectan especialmente a las poblaciones y grupos más vulnerables. La democratización del conocimiento, de la ciencia, la mayor y mejor formación de los sujetos, los convierte en una ciudadanía activa e informada,capaz de aportar argumentos científicos o denunciar la corrupción para conseguir un mundo mejor, más humano, más ético y menos burocratizado. El alejamiento de la ciudadanía de la toma de decisiones políticas o la reducción de la capacidad de acción de estos individuos son una cara del proceso de globalización. La otra cara se combate desde movimientos ciudadanos que aprovechan las nuevas oportunidades que también trae consigo esta globalización. Por ejemplo, Pleyers incluye un análisis del papel de internet en el activismo y cómo ha facilitado la articulación de redes de indignacionesy protestas públicas en sociedades autoritarias y democráticas (pp. 83-95). El libro cuenta con ejemplos de diferentes lugares del mundo (Brasil, Bolivia, Bulgaria, Chile, China, Colombia, Ecuador, Egipto, España, Estados Unidos, Etiopía, Francia, Hungría, México, Portugal, Rumania, Rusia, Senegal o Turquía) tales como el movimiento Zapatista, Nuit Debout, Occupy, los Indignados, Y’en a marre, #YoSoy132, el parque Gezi, o el 15M. Ello proporciona una visión global y plural de la acción social, así como la relevancia y la necesidad de comprender sociológicamente fenómenos que son nuevos porqué son distintos pero que beben también del pasado. Estaconexión y análisis se encuentra en esta obra, que aporta una perspectiva dual de la sociedad globalizada del siglo XXI, incorporando la capacidad de acción de los sujetos pero también las resistencias del propio sistema. No se trata en absoluto de un análisis naif, ya que a través de las voces de los actores y actrices implicadas en estos movimientos se extrae un análisis de su capacidad de transformación, pero también la represión, la desinformación, o las propias contradicciones internas como dificultades que conducen a fracasos. El autor define “seis tipos de límites” que pueden llegar a destruir un movimiento social cuando éste se centra en sí mismo, perdiendo interés por el cambio social que daba sentido a su existencia. Entre ellos se encuentran la falta de reglas explícitas, los eternos debates ineficaces o el corporativismo (pp. 77-80).Para explicar sociológicamente cómo actuamos las personas, porqué nos implicamos en determinadas causas, acciones o movimientos que desean mejorar el mundo, el autor plantea dos vías, la vía de la razón y la vía de la subjetividad (pp. 45-54). La vía de la razón permite a una ciudadanía informada cuestionar la ideología neoliberal, la idea de poder y reconquistar espacios burocratizados; y la vía de la subjetividad contiene elementos fundamentales para adquirir compromisos de mejora del mundo, como la sociabilidad y la amistad. Esta distinción aporta un marco muy interesante para la lectura y comprensión delanálisis planteado hasta el final del libro. Según el autor, la ciudadanía que se implica en estos movimientos no quiere ser representada, pues considera que todas y todos tenemos voz. La corrupción, la violencia, la impunidad son algunos de los aspectos en contra de los cuales se unen los activistas que reivindican mayor democracia. Pleyers profundiza en estas cuestiones para concluir que una educación de calidad constituye un elemento central de la democracia, pues permite a la ciudadanía el acceso a información relevante, convirtiéndose en uno de los frentes de lucha más importantes de los movimientos sociales del siglo XXI (p. 131).
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Editorial: Icaria 07-2019Idioma: Castellano